LEONI BENABÚ (Escrito por Santi)

Hace unos días recibí una llamada telefónica para que acudiera a una urbanización para pasar un presupuesto de la reparación de la piscina. Cuando me dijeron la dirección, no pude por menos que acordarme de aquel amigo, con el que me iba los sábados por la tarde en su seiscientos, para pasar los fines de semana en Ceuta, y regresar el domingo a última hora.

Nos jugábamos la vida cada semana, pues Leoni Benabú no era lo que se dice un conductor prudente, en todas las curvas las ruedas soltaban un chirrido como si fuera un grito de dolor, recuerdo que conducía moviendo constantemente a un lado y el otro el volante, decía que era para mantener la escasa estabilidad del seiscientos.

A Leoni, lo conocí en el barco en  uno de esos viajes de fin de semana, y se ofreció a que le acompañase porque no le gustaba conducir solo. Algunos domingos, sus padres y algún otro familiar, también regresaban a la península, una gente encantadora y de lo más amable, charlábamos de arte, sobre todo de pintura, Leoni acababa de terminar sus estudios de Bellas Artes en Madrid.

En Algeciras, insistían en invitarme a cenar, casi siempre en Casa María, a mi me daba un poco de vergüenza, pero se enfadaban si declinaba la invitación bajo cualquier pretexto.

Enseguida nos sumergíamos en la noche oscura con sus curvas peligrosas, que yo se las recordaba insistentemente -¡cuidado que vienen curvas!-, y se echaba a reír al ver mi cara de espanto. Por lo menos a la ida era de día, pero a la vuelta, con aquellas dos mariposas alumbrando la carretera… Qué descanso sentía cuando se iban reduciendo los kilómetros que iban quedando para llegar a nuestro destino.

Mas tarde montó un estudio de decoración en calle Larios de Málaga «Arias y Leoni».

Una vez lo vi por la calle, con la cara magullada, un brazo en cabestrillo, una tirita en la frente, supuse que por fin se había desequilibrado en una de aquellas curvas, -que va- se había comprado una avioneta, y ahora hacía raylies, y en un entrenamiento el avión capotó, y aquí me ves el resultado. Me dijo que ahora tenía un negocio de exportaciones.

Al año siguiente ganó el Campeonato de España de Raylies de Avionetas.
Al poco tiempo se estrelló con su avión con toda su familia en los montes de Marruecos, volando hacia Tetuán, perecieron todos.

Aerodromo Leoni Benabú

Todo esto me viene a la memoria, al ver el rótulo de la calle con su nombre, una barriada al norte del Palo, «Calle Leoni Benabú», flanqueada por las calles «Adolfo Marsillach», «Camilo José Cela», «Francisco Rabal», y un antiguo profesor mio «Jose Mará Alonso».
También el aeródromo de la Axarquía lleva su nombre.
Valga esta pequeña síntesis para dar a conocer a un Caballa que dejó su huella por estas tierras. No encuentro otra calle que lleve el nombre de otro personaje ceutí.

Un abrazo para Lucía y para ti, de Mila y mío.

Quién sabe, a lo mejor en un futuro vemos por el Campo de Gibraltar una calle con el rótulo «Calle del Cantautor o Profesor Carlos Bernal».

Santi.