Hace más de 20 años, durante una época de crisis, un amigo tenía una empresa de suministrar a los barcos, especialmente aceites y lubricantes.
Había que transportar los bidones en un camión, como no tenia a ningún empleado con el permiso de conducir necesario… me dijo si estaba dispuesto a echarle una mano y así nos ayudábamos mutuamente.
Los barcos no tienen hora exacta para llegar a un puerto y suministrar, lo mismo llegaba a las 3 de la madrugada que a las 9 de la noche. Teníamos que estar preparados a cualquier hora.
Por lo general el aceite lo bombeábamos a los depósitos del barco de uno en uno y así hasta 30, 40 ó 90 bidones de distintos aceites.
Los bidones vacíos iban de vuelta al almacén y constantemente escuchaba al jefe: ¡No darle golpes a los bidones, que después Hamido no los quiere!
Y yo preguntaba: ¿Hamido? ¿Quién es Hamido?
Los compañeros me decían: ¡No te preocupes, ya lo conocerás mañana!
Efectivamente al día siguiente terminando de estibar y ordenar los bidones vacíos, llegó un hombrecito musulmán muy pequeñito, delgadito y viejito, con una cara quemada del sol y muy curtida, pero con una sonrisa y semblante de buena persona. ¡Aquí viene Hamido! -me decían mis compañeros- y… ¿a que viene? ¡A llevarse bidones vacíos!……. ¿Y el coche, el motocarro o la moto, dónde está? ¡No, no, a hombro! ¡Ja, ja, ja, ja, pero si el bidón es más grande que él! ¡No te rías! ¡ya lo verás!
Hamido seleccionó un bidón, lo pagó (300 ptas de entonces), con una cuerda que siempre lleva encima lo envolvió, se agachó un poco y ¡upa, aaaaarriba! No daba crédito a lo que veía.
Mis compañeros me explicaban: «Y ahora, andando hasta Castillejos» ¿queeeeee? ¡Sí, sí! Y así todos los días. Y, ¿a cuánto los vende? ¡Al cambio de monedas, lo vende a unas 500 pesetas (de entonces). ¿Qué edad tendrá este hombre? ¡No lo sabe ni él mismo!
He vivido con los primeros “camalos” (gentes que transportan los bultos), que pasaban por los montes de la antigua fábrica de cervezas (Africa Star); he visto como cargaban una vespa de 75 cc. de pilas de petacas, de mantequillas, de cualquier artículo que ni te imaginas, no tenía ni luces porque el hueco lo utilizaban para meter unas treinta pilas; he comprobado como colocan los quesos de bola en el compartimento del motor de un turismo… y las avalanchas que se producen entre l@s porteadores, con algunos fallecidos en los últimos tiempos… ¡De verdad pensaba que lo había visto y conocido todo sobre el tema de los porteadores tanto en Ceuta como en Melilla!
Con el tiempo fui dejando aquel “trabajillo” y me dediqué al actual (Profesor de Auto-escuela).
Debido a mi trabajo, estoy recorriendo toda la ciudad de punta a punta por todos los bellos rincones y las bonitas barriadas de Ceuta, mi ”cámara de retratar” en la guantera por si acaso.
Casi todos los días veo a Hamido por la carretera nueva, sobre las 9 de la mañana que viene de la frontera y alrededor de las 11 de vuelta con su bidón del día. Después de 30 años que lo conocí, sigo diciendo……. ¡Ahí va Hamido…! Me apetecía conocer algo de la vida de este “HOMBRECILLO”, sí, sí, con mayúsculas .
Le dije…..¡Hola Hamido! Me miró sonriendo y poniendo cara de “buenagente”.
Con un caminar pausado pero sin parar me fui interesando en su vida y con el lenguaje característico entre un «castellanandaluzmarroqui».
– ¿Cuántos años tú tienes?
– ¡Uffffff, mochos, mochos, un siete y un seis!
– ¿Setenta y siete?
– «Egua, jae» (egua, significa sí, y jae, amigo)
– ¿Cuántos ninios? -piensa un poco y pone las dos manos con ocho dedos-.
– ¿Ocho ninios grandes?
– ¡Sí, ya muy grandios y marcha a la Spania!
– ¿Cuánto «leuro» el bidón?
– Ahora mocho caro jae, 6 leuro. ¡Vendo 8 leuro!
– ¿Cuántos años llevando bidón?
– ¡UUUuuuu, más cincuenta!!
– ¿Por qué todavía llevando bidón a Castillejos?
– ¡Tiene que comer, jae!
– ¿Tú no jubila?
– ¿Qué eso jae, de jubila?
Llegamos a la frontera y termina nuestra charla, con una mano aguanta la cuerda del bidón y con la otra me saluda, quedamos otro día que podamos los dos para seguir charlando.
Me grita fuerte con esa cara de hombre bueno, – ¡adiós jae, hasta maniana!
– ADIOOOOOSSS,,,,,,,,¡¡ JAE ¡!
REFLEXION SOBRE HAMIDO
La verdad, es una pena… Independientemente de razas, religiones, culturas, sexos u otras milongas… ¿no se merecería este hombre la medalla al trabajo?
Me gustaría que Hamido tuviera una vejez tranquila con su carnet de pensionista, viviendo en una casa de jubilado, viajando con el Inserso por cualquier lugar, celebrando todas las fiestas que hacen los Servicios Sociales para la tercera edad y sus comilonas, me encantaría que tuviera una paga de pensionista como cualquier jubilado. ¡Pero eso es un sueño imposible!
Fundamentalmente porque Hamido no es español, no es autónomo, no trabaja por cuenta ajena, no sabe lo que es cotizar, no sabe leer ni escribir, lo único que sabe es que tiene que llevar un bidón desde las Puntilla hasta Castillejos y “andando” (más o menos unos 15 o 20 km.). O sea, que Hamido tiene que hacerse aproximadamente unos 40 km para ganar unos 2 ó 3 euros. Y todo esto en el año 2.009. Por supuesto, o continuas o mueres.
De verdad, ¿no es alucinante?
Pensando que lleva por lo menos 50 años a bidón diario (aunque me explicaba que cuando era más joven, incluso dos viajes) sin contar festivos y demás… 200 días por año a 50 bidones diarios… ¿10.000? Si cada bidón llevara la firma de Hamido estoy seguro que habría bidones suyos hasta en Sudáfrica.
Si sigo viéndolo todos los días es buena señal para “EL JAE” y para “YO MISMO”.
YO MISMO.
Amigo «YO MISMO»: He querido respetar el título que decidiste poner a tu historia, pero creo que es la «Historia de Navidad» más bonita que podíamos contar en estos días…
Parece un cuento de Navidad y sin embargo es la vida misma…
Gracias por enviármela, por permitir que se asome a esta ventana, al sol, donde muchas personas que llevamos vidas cómodas podamos ver a Hamido cargando cada día con su bidón, ése que le dejará unos pocos «leuros» para sobrevivir.
Un fuerte abrazo.
Carlos.
By: caberna on 22 diciembre 2009
at 22:11
Si Carlos es la vida misma, nosotros nos debemos de sentir afortunados no porque nos haya tocado la loteria, sino por conocer la historia y vida de un hombre que si acerca la foto veras la cara de «buenagente» que tiene.
Me alegro que te haya gustado,de todas formas hay muchos Hamidos por ahi sueltos.
Que pases unos dias muy tranquilitos con la familia.
UN ABRAZO DESDE EL SUR DEL SUR.
By: yo mismo on 23 diciembre 2009
at 19:25
Estimado amigo Yomismo:
Tengo 40 años y me dedico al reciclado de bidones desde que tuve altura suficiente para hacerlo.
La historia me ha parecido impresionante y digna de admiración.
Me gustaria que me dieras permiso para publicarla en la web de mi empresa, en el blog o en Facebook. O como mínimo un link.
¿Que dices?
By: Paco Gallego on 29 diciembre 2009
at 19:23
Una historia dulce.Una historia quizás
para Navidad pero que da que pensar.
Diaríamente hay unos treinta mil
personas que como Hamido hacen el
paso de frontera en Melilla.Otros tantos
en la frontera de Ceuta.Llevan grandes
bultos sobre sus espaldas,que nadie de nosotros
aguantaría,para ganar un euro o dos como má-
ximo.De madrugada se agolpan para pasar por
los pasos fronterizos soportando frio ó calor
según la estación,tambien golpes propinados
por los policias aduaneros que tratan de que
guarden una fila casi siempre sin éxito.
Valga hoy,tan cerca a nuestra Navidad,llena
de consumo y despilfarro,un recuerdo a estas
criaturas de Dios o de la Naturaleza -según
creencias- y que nos sirva para recapacitar que
cualquiera de nosotros podía ser uno de ellos…
By: José Antonio on 23 diciembre 2009
at 11:27
Amigo Jose Antonio. Te suelo leer cada intervencion que haces y aunque no nos conozcamos personalmente hay muchas cosas en nuestra vida que tenemos en comun, por ejemplo bañarse en el caño del Hospital Militar porque ese lado estaba mas calentito (como dice Yo Misma, los dias de poniente a la porteria los dias de levante a la piedra gorda).
Esta claro que la historia de Hamido es un granito de arena en proporcion a la montaña que supone este problema tanto en Melilla como en Ceuta, pero que a la vez es una fuente de ingreso para las dos ciudades.
Tenia en mente una historia de otro Hamido que viene con una cesta de cacharros, (como vivo en una planta baja) se asoma por la ventana y grita ¡¡Arniiiiiiii! (Encarni) y rapidamente Yo Misma le abre la puerta y le pone su cafelito y correspond¡ente panecillo……. ¡Ya hablare de el!
Te deseos unos dias muy felices en compañia de los tuyos.
ABRAZOS DESDE O,DONNELL
By: yo mismo on 23 diciembre 2009
at 19:39
Fantástica historia_real… hasta le he visto sonreir. Gracias, Yo Mismo.
By: Milano on 23 diciembre 2009
at 12:58
Amigo Milano, nos conocemos a traves de este «parato» que nos hace ser amigos virtuales, gracias por tus comentarios, solo decirte que siempre que lo veo tiene una sonrisa, parece que no pesa nada el bidon.
Espero que nos veamos en algun momento y te deseo a ti y a tu familia mucha Felicidad.
ABRAZOS DESDE EL MORRO.
By: yo mismo on 23 diciembre 2009
at 19:45
Al tiempo que me produce tristeza, me encantan esas personas recias, pequeñillas, con sonrisa en el semblante y que le ponen coraje a la vida.
Para mi es un ejemplo a seguir, de fortaleza, de ganas, de responsabilidad…
Ojalá pudiera leer su corazón, saber lo que piensa en realidad, pero siento admiración por Hamido.
Bonito relato, Yomismo.
By: Gebirg on 23 diciembre 2009
at 14:39
Es verdad Gebirg, son personas que no tienen nada de grasas pero son todo nervios y deberiamos nosotros aprender algo de esa fortaleza y responsabilidad.
No entienden de colesterol, acido urico, glucosa, depresion, hipotecas, stres, vacaciones, asuntos propios, baja postmaternidad, etc,etc.
Venga no estes triste estos dias y disfruta lo que puedas con los tuyos.
UN ABRAZO DESDE LA PIEDRA DEL TORO.
By: yo mismo on 23 diciembre 2009
at 20:00
Una bonita, y a la vez, tierna historia; aunque llena de esperanza, no para Hamido, el pobre, sino para todos nosotros. El ver que todavía puedan existir en el mundo personas como esta, que creen en el esfuerzo personal.
Tal vez le corresponda una pensión, pero él ni se interesa en preguntarlo, tal vez los hijos quieran ayudarle. Solo conoce el trabajo diario que tiene que realizar para poder comer ese día. Es muy posible que sea la persona menos egoista del mundo.
Recuerdo también los marroquíes que venían cargados con un cesto enorme de mimbre llenos de platos, vasos de Duralex, cacerolas, cacharros de cobre. Una vez intenté coger uno de aquellos cestos, y fué imposible levantarlo del suelo. Lo llevaban colgando del brazo, mientras la otra mano apretaba un saco repleto de ropa usada apoyado en el hombro. Jamás vi a ninguno quejarse. Encima tenían que discutir con nuestras madres las condiciones del «intercambio comercial», que también se las traían a la hora de regatear.
Muchas gracias por esta entrada YO MISMO. Seguro que mi padre conocería a este Hamido; pués él tambien iba todos los días a Castillejos a trabajar a la Fundicón de Kaddur, era más afortunado desde luego, iba en bici.
Yo si he ido andando a Castillejos con ocho o nueve años, me gustaba recorrer todos los comercios a los que mi padre llevaba la contabilidad, siempre caía algún regalito de sus dueños.
Bienvenido a este consejo de redacción, espero que nos deleites con nuevas entradas, ya solo falta que José Antonio, cuando deje de hacer caja le dé también a la pluma.
Un abrazo.
By: Santiago on 23 diciembre 2009
at 18:03
Hace tiempo que no hablabamos «virtualmente».
Me alegro que te haya gustado esta historia de Navidad, evidentemente sacada de la realidad.
Anteriormente comentaba sobre el «JAE» del canasto como es muy amigo de Yo Misma, tratare de «retratarle» el brazo a ver si es humano o tiene un trozo de «Jierro».
Hace unos dias comprando en un super, me dijo Yo Misma ¿te compro estas morcillas de Burgos que tanto te gustan?,,,, ¡¡ NO !! todavia no sabe por que me han dejado de gustar las morcillas.
Seguiremos viendonos virtualmente amigo Santi, que pases unos dias tranquilo con tus gentes.
UN ABRAZO DESDE LA PLAZOLETA DE LA CALLE TERRAPLEN.
By: yo mismo on 23 diciembre 2009
at 20:18
A todos los pobladores del Morro hasta
la calle Terraplen desde los años cincuen-
ta hasta nuestros dias,mis mejores de-
seoas de PAZ y PROSPERIDAD.
«Yo mismo» un abrazo fuerte.
By: José Antonio on 26 diciembre 2009
at 19:29
En nombre de todos esos pobladores del Morro, del Gallo, de la Campana, del Patio Masoni, de O,donnell, de mi familia y de Yo Mismo te deseo a ti y tu familia muchas Felicidades para 2.010 y a ser posible que ese Abrazo que nos deseamos virtualmente se haga realidad y en «LIVE».
By: YO MISMO on 27 diciembre 2009
at 13:28
Yo mismo, la historia es tan real como bonita, me ha gustado mucho…
La cuentas de una manera muy amena. Da algo de pena cuando llegas al final, pues poco a poco te vas metiendo en la historia y parece que la estás viviendo junto con sus protagonista.
A mi me da la impresión que estás personas en el fondo, a pesar de no tener tantas comodidades, son hasta más felices que muchos de nosotros que tenemos de todo.
Ojalá que Hamido lleve una buena vejez…
Si tú me dieras permiso yo publicaría este relato en mi blog, por supuesto haciendo referencia que es tuyo.
Felices fiestas
Un saludo
La otra cara de Ceuta, la que muchos no quieren ver
By: Arturo on 30 diciembre 2009
at 18:27
La historia que cuenta Yomismo me ha traído a la memoria las circunstancias en cómo mi familia se hizo amiga de la familia que regentaba el Cafetín que había en Benzú que terminó siendo un cafetín pasado por el movimiento hippy con música de jenny lloplins (igual lo he escrito mal).
El padre de los dos hermanos que atendían el cafetín era zapatero, fabricaba alpargatas con el cuerpo de lona gorda y las suelas de cubiertas de coche. De muy jovencito, antes de ser zapatero, reparaba baches en todas las carreteras de Marruecos con mi padre de maquinista.
Este hombre, cuyo nombre no recuerdo, iba a la Plaza Vieja y mi padre le daba las cubiertas gastadas, y él sacaba una navaja, que la había fabricado con una hoja de acero y se pegaba toda la tarde sacando los laterales de la rueda que eran desechados, y luego, contrataba una motocarro y se llevaba los frontales, (la parte de la cubierta que rodaba) de al menos cincuenta o sesenta cubiertas. Entonces vivía a los pies de la Mujer Muerta. En Benzú guardaba todo este material en una barraquilla de chapa que tenía donde luego puso el Cafetín.
Era un hombre muy bueno. Una vez al mes nos invitaba a comer en su casa….la mujer hacía un cuscus que quitaba el sentido…y yo, de niño, jugaba en la playa con estos dos hermanos que luego llevaron el Cafetín.
Tendremos que aprender también nosotros a reciclar material y a no ir tanto a los contenedores a tirar a tirar y a tirar……
By: alberto nuñez garcia on 30 diciembre 2009
at 18:47
YO MISMO …. cada dia me sorprendes mas …. extraordinario relato de la vida real que muchas personas como Hamido sufren a diario…. conozco a esta persona de verla subir años atras diariamente nuestra cuesta de O’donnell….. con esos dichosos bidones a su espalda….. te felicito por hacerle este pequeño pero a su vez gran homenaje al JAE Hamido…..al igual que a Carlos por su magnifico blog
By: CHURRERIA LAS DOS RR on 5 enero 2010
at 21:46
Gracias, «Churrería las dos RR» por la parte que me toca, aunque ya sabes que en esta historia solo he puesto la tinta, la pluma y el papel… lo demás es cosa de tu buen amigo «Yo Mismo».
Y te digo lo que le digo a todos los amigos de este blog: Aquí tienes un rincón donde llegar cada veez que te apetezca y escribir tus cosas (solo tienes que mandármelas y yo con mucho gusto las publicaré). Este blog nació con la idea que recoge la frase de arriba: «Al sur del Sur, una ventana al sol para charlar» y me encanta que cada vez se acerquen más vecinos a charlar.
Un abrazo y que tengas un feliz 2010.
By: caberna on 5 enero 2010
at 22:34
Lo que menos esperaba Yo Mismo, es que apareciera por este rincon mi amigo el Churrero……………….
………….De verdad que me has emocionado.
Ya sabes, el amigo Carlos tambien te abre a ti las puertas de su casa, (no hay cervezas,,,,se las ahorra), de vez en cuando te asomas por aqui, que hay cosas bonitas e interesantes
UN FUERTE ABRAZO AMIGO CHURRERO.
By: YO MISMO on 6 enero 2010
at 01:16
Hola a todos los que escribiis en ésta página, hace un momento, mi amigo Alberto Nuñez me ha dicho que existía un Al Sur del Sur de YO MISMO, me dispuesto a ojearlo y tambien me gusta, yo tenía muy cerca de la tienda que teníais en la Calle Lara «YO MISMO» frente al bar Lara, o del cine Astoria, un amigo que vivía encima de la tienda de Marcelino, se llamaba Fernando y su padre era militar del cuartel de Intendencia que había en la cuesta Otero, yo vivía en la calle Puyuelo Domenech, el nº creo que era el 4, la entrada principal de esa calle era por el bar California, mi hermano tenía un taller de radio detrás de la parada de autobús del Morro casi al lado de la churrería, se llamaba «Radio Onda», Conocía a Alberto y a su familia desde esa época.
A mi tambien me sorprende Alberto cada vez que leo algo suyo, por ejemplo de como conoció su padre al del cafetín Moruno de Benzú, yo iba allí mucho y los conocía tambien, pero de ir a tomar el te tan bueno que hacían, iba muy a menudo a Benzú, a la ballenera y a la isla del Perejil a practicar la pesca submarina, que me gustaba mucho. No se la edad que tienes y si viviendo tan cerca nos llegamos a conocer, incluso a haber comprado algo en tu tienda, nosotros por la proximidad comprabamos en una tienda que teníamos a 20 metros de mi casa, se llamaba Ca Rios.
Bueno de momento hoy ya he establecido contacto con vosotros a traves de ésta página, otro día mas.
Un abrazo para todos mis paisanos de
Salvador Evangelista
By: Salvador Evengelista on 6 enero 2010
at 23:58