Fueron 74 años los que anduvo llenando de humanidad nuestro pequeño y loco mundo. Lo llenó de música, de canto, de amor, de paz y pidió siempre desde su voz y con su voz amorosa, dulce y cálida, un poco de comprensión y de cariño para los más débiles.
Me enseñó a cantar aquello de “…qué ha de ser de la vida si el que canta no levanta su voz en las tribunas, por el que sufre, por el que no hay ninguna razón que le condene a andar sin manta…”.
Con ella aprendí -cantando sus canciones- que una voz puede remover conciencias, hacer vibrar corazones, poner la carne de gallina y hasta hacer que la gente cambie de opinión y sean mejores personas. Supe que “el que canta, las penas espanta” y que una canción puede hacer felices a mucha gente.
De ella aprendí que cantar debe servir para comunicar sentimientos, transmitir sensaciones, llegar al corazón del que escucha para ponerle la miel en los labios y las lágrimas en los ojos…
Me enseñó a ver a Alfonsina “con toda la mar detrás”, al “negrito que se duerme mientras su mama está en el campo” y de sus labios llegué a entender que “si se calla el cantor, calla la vida”.
Espero, mi querida Mercedes, que tal y como tú cantabas, “cinco sirenitas te llevarán por caminos de algas y de coral y fosforescentes caballos marinos harán una ronda a tu lado”.
Siento, mis queridos cuatro lectores, que una vez más esta página se convierta en un obituario. Pero es que hoy he perdido una de mis grandes referencias musicales y no puedo dejar de tener este pequeño recuerdo escrito para ella.
Sin embargo, no estemos tristes, Mercedes Sosa nos brindó tanta felicidad con su voz, que esa alegría nos acompañará para siempre. Si entornamos un poco los ojos y prestamos atención, se puede oír su bombo acompañar a su voz que entona una chacarera desde el fondo de nuestro corazón.
Hasta siempre, Mercedes.
Le debemos muchos buenos ratos (y más que vendrán). Descanse en paz.
By: Javi on 4 octubre 2009
at 17:57
Oí esta mañana la noticia. La voz de Mercedes Sosa me ha acompañado en muchísimos momentos. Sobre todo en aquella canción de «Cuando estoy triste elijo, mi cajita de música…». En fin…!
Pero, esto de volver a escuchar tu voz, ver a Juan con su guitarra, y la canción de Alfonsina, uffff…!!
Hay cosas que impresionan hasta hacerte temblar.
Un gran abrazo Carlangas y gracias por este recuerdo de Mercedes Sosa.
By: Gebirg on 4 octubre 2009
at 18:54
¡Que grandes momentos le debemos!
By: antonio fuentes on 4 octubre 2009
at 21:25
Crecí con sus canciones, y me acompañarán siempre, me gusta «Su gracias a la vida» y acunaba a mi hijo con el «duerme negrito…»En fin, ella sigue con nosotros.
By: Africa Puente Cristo on 4 octubre 2009
at 21:39
Hasta siempre compañera negra sosa.
Ya estás con Alfonsina.
By: Santiago on 4 octubre 2009
at 21:42
Mi juventud está unida a tu Alfonsina de Mercedes, compadre… y está unida a tu Cafrune, y a Facundo Cabral y a Atahualpa…
Es verdad que se nos muere algo. ¡Como te agradezco tu voz, puñetero!
By: Milano on 7 octubre 2009
at 09:31