Posteado por: caberna | 23 abril 2009

El hombre del piano

En 1980, Ana Belén grabó «Con las manos llenas», un disco que incluía una versión del mítico Piano Man de Billy Joel. La versión estuvo, está muy bien y Ana Belén pone esa garra suya que te hace vibrar cuando la canta. ¡Vaya, ahora no voy a descubrir yo aquí a Ana Belén, ni voy a decir nada nuevo de ella!  Sin embargo… el original es el original… casi siempre.

Será que ahora, con la edad más madura, voy sacándole el sabor a las cosas que antes parecían no tener, o que analizo las cosas más despacio -la música también, claro- o que me he tropezado de pronto en Internet con Billy Joel y he recordado lo bonita que sonaba su canción al piano, con la armónica y con todo su pelo y su espléndida juventud allá por 1975… año que, por otra parte, no olvidaremos los españoles decentes, los españoles de bien, los españoles… porque por fin nos quedamos sin el abuelo y pudimos empezar a crecer solitos.

Bueno, os dejo hoy esta grabación de 1975. Son cinco minutos para emocionarse, o al menos a mi me emocionan. Hacia la mitad, Billy Joel se permitía introducir unas notas de jazz que le daban un aire distinto a la canción.

¡Que os aproveche!

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Respuestas

  1. Nunca me emocionó Chavela… pero este tema es insuperable. Tal vez porque quedó incrustado en nuestras molleras cuando lo que entraba era para siempre. Desde el curro no me dejan ver el video… que sea Ana o Billy no me importa.

    Besitos, compadre

  2. ¡Uf! Fantástico… en el minuto 3:30 comienza un momento mágico. ¡Gracias, compadre!

  3. De nada, mi querido compadre.
    De forma lisa y llana diríamos que la cabra tira al monte, claro que, en este caso se trataría de ese monte del Olimpo musical donde los músicos somos felices, mientras tocamos la lira, seguramente huyendo de otras miserias…

    Gracias por pasarte.

  4. Vino de Valencia, a trabajar de albañil, y coincidió conmigo aquí en Vetusta, Malasaña 12. Era fuerte como el roble, un pedazo de pan. Algunas tardes m decía Shanti ¿te vienes al bar de calle Sevilla a shentir unas placas?
    Al llegar al bar se iba directamente a la máquina de discos y ponía un disco de Manolo Escobar,-eso era sentir unas placas.- Me quedé turulato.
    Chiquillo ¿tú de donde vienes?
    -De un pueblo de Valenshia-
    Pués nada que me gusta esta placa del hombre orquesta que hoy nos has recordado.
    Siempe que veo a un hombre tocando un piano me acuerdo de mi padre, que siempre tocaba con un cigarro encendido en la boca, en el más puro estilo Sinatra.
    Papá, no vayas a cantar que se te caerá el cigarro y quemarás el piano–NO– decía muy ufano, y se le caía el cigarro sobre las teclas.
    Arrastraba las ascuas encendidas y la ceniza, al tiempo que sonaban unas discordantes notas disonantes.
    En el piso de arriba vivía Agustin García, que también era hombre orquesta, tocaba la armónica y el laúd, allí en la escalera, fué un precursor nuestro. Pero eso es otra historia.

  5. Se me olvidaba. Cuando se disponía a escuchar a Manolo Escobar, yo le decía _a mí me gusta más Serguei Prokófiev, pero bueno hay que oir de todo.
    -¿ese que canta flamenco?, se volvía hacia mí mientras marcaba el 3-G, y me sonreía enseñando su blanca dentadura.

  6. Amigo Santi, yo también recuerdo a tu padre sentado al piano y con el cigarro en los labios… Del que no me acuerdo es de Agustín, debe ser que yo era más pequeño y luego él se marcharía del barrio.
    Muy bueno lo de «sentir unas placas»…
    A lo mejor Prokofiev hubiera compuesto algo flamenco si se hubiera dado una vueltecita por Málaga y hubiera probado los boqueroncitos frititos así en manojitos, como me gustan a mi.
    Un abrazo.


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