Camino a la estación, José Manuel notaba al andar el dulce choque de las suaves caderas de Pat. Tomaron un taxi y ella, con voz suave, exclamó:
– Es una lástima que nos tengamos que separar, ha sido todo tan bonito pero tan corto…
Era un prólogo que reforzaba el discurso para hacer más fácil el contestar:
– Acabo de tener una gran idea, -dijo mientras le cogía inesperadamente la mano-. Te invito a que vengas conmigo a Madrid.
Se hizo un silencio que hasta el chofer notó. Estaba siguiendo la historia por el espejo retrovisor y ponía sus ojos y sus oídos en la pareja. Ella, acurrucando su cabeza sobre José Manuel, respondió con voz entrecortada:
-Bueno, me voy contigo pero antes debo llamar a mi amiga para decirle que no voy. Mis padres, mejor que sigan pensando que estoy con ella.
José Manuel estaba confuso, había ido demasiado deprisa, pero por otro lado seguía con sus ojos clavados en los de Pat. No había marcha atrás.
De pronto, ordenó al taxista cambiar de dirección:
-Dé la vuelta, ahora vamos a la estación pero de tren.
El chofer soltó un -de acuerdo-, no sin antes lanzar una mirada cómplice y picarona sobre la pareja.
José Manuel estaba sudando. Se quitó su gabardina y recogió su maleta en la consigna de la estación. Volvió a preguntarle:
-¿Estás segura?
Ella no contestó. Se limitó a acercarse y besarle en la mejilla. Él, todavía más nervioso, le indicó:
-Llama a tu amiga.
¿Sería un amigo? Qué más daba, lo importante es que estaba allí con ella.
-Cambiaré el billete por uno doble mientras tanto. No tardes. Tenemos solo veinte minutos.
Fue la primera vez que vio su lindo caminar mientras se retiraba en busca de una cabina. Al ver su figura, la cabeza le ardía y su estómago empezaba a reflejar sus nervios.
¿Qué le diría a su jefe mañana en Madrid? ¿Qué explicación lógica podría darle de aquella situación? La presentaría como una supuesta secretaría para él y seguro que le encantaría la idea cuando contemplara su figura. Pero tendría que preparar a Pat durante el camino.
Subieron al tren y se acomodaron en un departamento de coche-cama. La sonrisa permanente de Pat dejaba averiguar quién había conquistado a quien. José Manuel abrió la ventana de aquella estancia donde la cama permanecía plegada como cómplice a la espera de próximas situaciones. Ella, como si ya lo hubiera hecho mil veces, extendió su bolsa y dijo tranquilamente mientras apuraba su cigarrillo:
-Voy a cambiarme. Me pondré algo cómodo. Hace calor.
José Manuel temblaba de emoción. Aquello que estaba sucediendo no podía ser verdad. Todavía se puso peor cuando quiso besarla en el cuello y ella le apartó diciendo:
-Tranquilo. Tenemos toda la noche…
Replanteo de la situación: ¿Qué le diría mañana a su jefe cuando le viera llegar del brazo de Pat? Tras mucho pensar llegó a la conclusión: «Ya lo tengo. Delante de ella la presentaré como una nueva secretaría y detrás como un posible regalo de distracción en Madrid…»
José Antonio.
Mientras Pat Brown y José Manuel Gómez inician su aventura en el expres Algeciras-Madrid yo me dedico a trabajar un poco.
Gracias por leerme ROSI SENTÍS, CABERNA, MILANO, SANTIAGO.
Mis cuatro fieles…
By: José Antonio on 9 septiembre 2008
at 20:15
Jose Antonio, me tienes en ascuas,¿cual es el final?bueno ya lo sabré
By: Rosi Sentís on 9 septiembre 2008
at 22:02
Que no decaiga José Antonio, que no somos cuatro gatos los que te leemos, ayer sin ir mas lejos, me comentaba un ruso de Vladivostok que está siguiendo tu historia de José Manuel con mucho interés. Bueno, ahora en serio, yo creo que esto lo lee mucha mas gente, y aprovecho este comentario para animarles a que intervengan y cuenten sus historias, que una vez que se le coge el gusto se pasa muy bién y es muy entretenido, a la par que se enriquece el blog y eso es bueno para todos.
By: Santiago on 9 septiembre 2008
at 23:14
Tranquila ROSI.Todavía nos quedan
muchos personajes a los que dar
vida.Don Enrique,su mujer Inés,
Inesita su hija, y muchos más.
Piensa en una novela por entregas…
(je,je) sobre 25 capítulos(je,je,je)
José Manuel pillará seguro SANTI.
El ruso que nos lee es un santo varón.
By: José Antonio on 10 septiembre 2008
at 10:39
¡Quillo! ¡Estas de coña! Eso solo pasa en las pelis… tío. Pero si eso es lo que uno sueña cada vez que viaja solo…
Voy a seguir por ahí arriba, que ayer se me pasó.
By: Milano on 10 septiembre 2008
at 22:29