Andaba yo pensando –cosa que hago a veces cuando no tengo nada mejor que hacer- en cómo nos gusta echarle la culpa de cualquier cosa que nos pase, ya sea individualmente o como colectivo, al primero que pase por allí o al último responsable de la cosa. Tenemos cabezas de turco para endosarles la responsabilidad de todo cuanto nos ocurra en el plano personal, profesional, familiar… En casa es la mujer o son los hijos los que tienen la culpa; en el trabajo, los compañeros o el jefe (sobre todo)… y así sucesivamente en todos los órdenes, categorías y niveles que tienen que ver con nuestra vida.
Por ejemplo, si hablamos de nuestro pueblo, culparemos de todos sus males al alcalde. Y así, diremos que «el pueblo está muy sucio porque el alcalde se gasta el dinero del ayuntamiento en otras cosas menos importantes que mantener limpia nuestra bonita villa». Pero desde luego, nosotros vamos a seguir tirando al suelo el paquete de tabaco cuando se nos acaba, las latas y botellas en mitad del parque y todos los papeles del mundo en la calle peatonal, mientras las papeleras se consideran artículos de adorno o quedan para ser usadas solo por unos cuantos ciudadanos con algo más de educación.
Si nos referimos al país (en nuestro caso, España), es el gobierno el que tiene siempre la culpa de todo lo que nos pase. Valga como ejemplo este botón de rabiosa actualidad: – ¡El gobierno tiene la culpa de la actual crisis económica porque ha permitido la especulación con los terrenos y los pisos! Yo no digo que no sea verdad, pero también es cierto que cuando cada uno de nosotros, españolitos de a pie, ha podido comprar un piso por X euros y venderlo poco después por 10X euros, entonces no ha dicho “ni pío” y “su” especulación le ha parecido un negocio muy limpio y que en nada podía dañar al conjunto del país. Y es que no pensamos que para cambiar globalmente las cosas hay que actuar localmente y para ello es por supuesto indispensable nuestra actuación individual, la de cada uno de nosotros tomados uno a uno.
Pero la cosa llega más lejos. Y es que al final del todo, en la cúspide de esta pirámide de responsables de nuestros males estaría nuestro mayor y mejor invento como humanidad: Dios. ¡Claro! Nos hemos inventado un ser supremo hacedor de todas las cosas y por tanto responsable de todas ellas, las buenas y las malas. ¡Es extraordinario! Me ha pasado esto o lo otro “porque Dios lo ha querido así”. ¡Qué cómodo, eh! Tú haces lo que te da la gana, pero luego si sale mal, es que Dios no te llevó por el buen camino.
Y no quiero meterme con las creencias de cada cual –que yo respeto profundamente, dicho sea de paso-. No, es justamente todo lo contrario. Precisamente creo que quien culpa de todo a ese ser supremo que está por encima de su cabeza – o a su representante el ángel de la guarda- no ha entendido su religión y se queda con lo que más le interesa.
Decía una superviviente del terrible accidente de Barajas que «la había salvado el ángel de la guarda». ¿Qué pasa, que los que han muerto no tenían ese ángel, ni derecho a esa protección? ¿Dios los ha castigado, entonces?
Todos hemos visto a gente supuestamente muy culta, encomendarse a no sé cuántas vírgenes y santos patrones cada vez que salen de viaje, se presentan a un examen, se van a comprar un piso o se tiran a la piscina. Claro que así les va a muchos pueblos pensando que Alá, Dios u otros nombres, les premia, les castiga… les soluciona la papeleta (Dios proveerá, Alá en su infinita sabiduría sabe lo que me conviene, etc, etc). Incluso cuando se dice “hasta mañana si Dios quiere” parece más una amenaza que una despedida. El caso es dejar nuestra vida en manos de otro que consideramos con más poder y al que vamos a responsabilizar de todos nuestros males.
Como resumen de esta filosofía tan nuestra, valga este ejemplo tomado del Siglo de Oro español (que es donde mejor estamos representados en toda la Historia). Don Juan Tenorio dice:
¡¡Clamé al Cielo y no me oyó,
y pues sus puertas me cierra,
de mis pasos en la Tierra
responda el Cielo y no yo!!
¡¡Hala, el tío era un golfo pero la culpa la tenía Dios!!
Gracias por leer esta tontería y que pases un buen día.
Querrás decir «que pases un buen día si Dios quiere».
By: aquiles on 28 agosto 2008
at 00:30
Buenísimo, Aquiles, hubiera sido un final buenísimo.
Un abrazo y gracias por tu afinado comentario.
By: caberna on 28 agosto 2008
at 09:45
Darwin tambien empezó así.
A Dios se invoca hasta en el
éxtasis con una camarera llena
de curvas.Creo que es un error
el ponerlo como excusa de todo.
Ya lo dijo Miss.Paty –Oh,my God,
Oh,my God,more please darling…
By: José Antonio on 28 agosto 2008
at 13:26
Estimado Caberna,
Paso para saludar y agradecer la inclusión de mi blog en tus links de interés, yo ya hice lo propio con el tuyo, el cual también me parece una propuesta interesante.
Saludos cordiales y nos mantenemos
MAJOFA
By: MAJOFA on 28 agosto 2008
at 17:34
Pues sí, Jose Antonio, yo también estoy de acuerdo con ¿¿¿Miss Paty???
By: caberna on 28 agosto 2008
at 21:18
OK., Majofa, seguiremos en contacto. Gracias por el enlace.
Un saludo.
By: caberna on 28 agosto 2008
at 21:19
No te metas con el golfo, que gracias a él tenemos la obra de arte mas grande de todos los tiempos, y al decir arte me refiero a la litertura, la pintura, la música, etc., según la opinión de algunos claro. Me refiero al Don Giovanni de Mozart, ¡qué suerte tienen los que aún no la han conocido, ya que tienen el inmenso placer de descubirla todavía de oir:
«Deh vieni alla finestra».
(Ah sal a la ventana).
«Lá ci darem la mano»
(Allí nos daremos la mano).
«Ah chi me dice mai»
(Quién puede decirme…), o «Il mio tesoro»,o «Ah taci ingiusto core», y dos horas más para disfrutar de lo bueno.
¡¡¡Venga jóvenes, manos a la obra»»». Adío.
By: Santiago on 28 agosto 2008
at 21:27
¡Ah, claro! Es que el personaje creado por Zorrilla da mucho juego para cualquier cosa (pintura, música, escultura, teatro…) y además en él están muy bien representados algunos de nuestros mejores defectos y virtudes como españolitos (buen amigo, leal, enamoradizo, mujeriego, juerguista, noctámbulo, etc, etc).
Un abrazo, Santi, y gracias por el comentario.
By: caberna on 29 agosto 2008
at 09:54
Chapó, compadre.
En 1998, para consolarme, con toda su buena voluntad, algún amigo me dijo: «No te preocupes, que Dios es bueno y te lo salvará»
Se refería a Álvaro, en coma, con las piernas rotas, la cabeza fracturada, la mandíbula rota y desollado.
Le contesté: ¡Y si es tan bueno por qué me lo masacra el hijo la gran puta!
Se quedó muy compungido el pobre. Pero no lo pude evitar… no se si posteriormente caviló y llegó a alguna conclusión lógica.
Un abrazo, compadre.
By: Milano on 29 agosto 2008
at 12:36
Gracias por el comentario, compadre, que tiene mucho que ver con esa filosofía tan nuestra de que Dios nos protege (por lo visto sólo a unos cuantos). Conocía esa parte de la historia con el accidente de Álvaro y te confieso que también me vino a la memoria mientras escribía el post.
Un abrazo.
By: caberna on 29 agosto 2008
at 13:15
Miss Paty era (creo que seguirá
siendo es) una gibraltareña morena
que conocí un dia en Algeciras…
Su historia era trabajar con el sexo
a diarío en Torremolinos.Sus padres
creían que su trabajo era el de rela-
ciones públicas(no púbicas) en una
discoteca.
Su verdadero nombre era(es) el de
Patricia…
By: José Antonio on 30 agosto 2008
at 12:19
PROXIMA HISTORIA PARA EL MES
DE SEPTIEMBRE:
PAT Y TORREMOLINOS…
(Mezclaremos lo real y la ficción
si llega la inspiración)
By: José Antonio on 30 agosto 2008
at 12:22
Esperamos ansiosos la historia de Miss Paty.
Mejor no la pongas aquí. Es más fácil que me la mandes a mi dirección de correos y yo la transcribo.
Gracias y un abrazo.
By: caberna on 30 agosto 2008
at 21:14