Posteado por: caberna | 18 abril 2008

Primavera del 56 (Relato de Jose Antonio)

Empiezo como cada mañana con mi vaso de leche y viendo a Juan como saca su carro para ir al Mercado, pero mi leche está mezclada con unos polvos que le llaman Cola-Cao y que sabe muy bueno y Juan ha cambiado su mula y su carro por una Isocar a la que ya no necesita arrear para subir La Cuesta.

Llego al colegio y a don Antonio le han hecho un brazo ortopédico que se le adapta al trozo del suyo con unas correas. En la mano lleva un guante. Cada mañana, delante de todos los niños, se pone aquella cosa y conduce una Vespa. Ahora es más feliz.

Por El Barrio suenan las radionovelas que es otro invento que hace llorar a las vecinas en aquellos Nord Mende de ojo mágico y teclas. Para animar, de vez en cuando, la canción del negrito del citado Cola-Cao, que de tanto oírla, se quedó grabada para siempre en nuestras cabezas.

A pesar de estos polvos, el motocarro de Juan ó la Vespa de don Antonio, España seguía raquítica, confusa, entre vencedores y vencidos había recelos, conversaciones en voz baja y grises con capa y caras de pocos amigos, siempre observando.

Mi padre llevaba bien todo esto. No se privaba. Aparte de su trabajo, la música era su delirio. Con gran cuidado para no rayar aquellas placas, ponía su tocadiscos Philips y nos explicaba las historias de Schubert, Beethoven o Rimsky Korsakov, repitiendo y silbando todas aquellas músicas a veces mezcladas con las tristes risas de Edith Piaf ó las pegadizas de Renato Carosone. Cada día había algo nuevo que descubrir en la dulce Primavera del Cincuenta y Seis. El magnetófono de bobina donde grabábamos nuestras canciones, el TBO con sus historietas, el DDT, la otra… ¡Ah sí!, Sisí, para las niñas, el Fiat Mil Cien, de Leonardo Lladó, Nardi, el vecino de enfrente.

La foto del colegio con el mapa de España detrás, el agua que iba llegando a los grifos, el cine, con las películas de americanos y Rosa Mari, la primera niña que me hizo respirar más deprisa y enrojecer cuando la veía con aquel vestido blanco.

Rosa Mari era la hija de Basilio el de la Tienda, con el que compartíamos teléfono con el número Diez y Seis Ochenta y Dos y los recados nos llegaban. Rosa Mari me dio calabazas. Fue el primer desengaño amoroso. Yo era poca cosa para ella pero tuvo un detalle, me trajo un día a su amiga Antonia y con ella si lo pasé bien aunque sin dejar de pensar en aquella Rosa Mari que olía a dulce flor de Primavera. Pero bien pensado, Antonia tampoco estaba mal aunque olía peor.

Jose Antonio.


Respuestas

  1. Bonito relato. Lo recuerdo todo: el motocarro de Juan, el brazo ortopédico-incorrupto de D. Antonio (que me impresionaba cada día al final de la clase, recuerda que yo también pasé por sus clases desde los 7 a los 9 añitos que me presentó a ingreso de bachiller) y las sesiones de música de tu padre, sobre todo los domingos por la mañana. ¡Qué tiempos, qué tiempos!
    Y por supuesto, recuerdo a Rosa Mari, la niña de la tienda. A quien no recuerdo es a Antonia, pero el relato me ha parecido extraordinario, el mejor hasta ahora. Por cierto, no temas que está bien guardado, esperando turno. Tiene dos por delante: uno de Santi y otro mío. Es que eres muy prolífico, hermano Cervantes.
    Ah, otra cosa, si tienes un rato, échale un vistazo a esto http://duermoenlafacultad.wordpress.com/ Es otra de las historias-líos en los que se mete tu sobrino Javi.

  2. Por aquí se pierde uno ya.Creo que te
    he contestado en otro sitio.Lo de Javi
    es arte.Me gusta.Recuerda que tuve unos
    años que tambien andaba con una cáma-
    ra haciendo fotos raras.
    Un abrazo.

  3. ¡Tito! Qué jeta. O sea que allí me dices que buen trabajo y aquí dices que hago fotos raras.

    jajaj

    Ahora en serio, muchísimas gracias. Me ha gustado mucho encontrarme tu comentario en la página.

    La gente a la que hago fotos realmente lo está pasando mal, pero es increíble que siempre encuentran una rendijita por donde sacar algo de esperanza.

    En fin, por lo menos está bien que haya gente como tú y como Santi (gracias por el comentario también a él), que comprendéis que esta gente son víctimas y no culpables.

  4. A lo mejor cuando dije raro me refe-
    ría a este otro sublime como Milano con
    sus fotos dentro de un tubo de ensayo.
    Si el Primer Mundo fuera menos falso y
    ayudara más,esta gente desesperada tendría
    al menos posibilidades de integrarse y poder
    vivir con un mínimo de dignidad.
    Es muy bueno tener siempre al menos,ahora
    como están las cosas,un sobrino inteligente.
    Cuidáte mucho.Un abrazo.


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