Posteado por: caberna | 6 abril 2008

El corpiño (Relato de Jose Antonio)

Juan sacó su mula del cobertizo junto al puesto de Encarna, su mujer. Enganchó su carro y pasó como cada día por delante de la ventana de mi cocina. Era tarde, pero mientras me bebía mi vaso de leche de los americanos, me gustaba ver a Juan, con su boina, sentado en su carro de dos ruedas arreando a su mula para iniciar La Cuesta.

Juan iba a por verduras al Mercado de Hadú para luego venderlas en el puesto de Encarna.

La leche en polvo, una vez colada, estaba buena. También recuerdo el queso, envasado en lata para que se conservara mejor. Era lo único que los americanos nos daban de aquél plan Marshall que repartía dinero al resto de Europa. El general bajito y con bigote no era persona grata. Para estropearlo más, ayudó a los alemanes.

Pero el Barrio estaba cambiando, ya no había tanta escasez. Los niños, algunos, empezaban a tener zapatos, eso sí, de aquello que llamaban «Burraquía», ropa usada que entraba de Tánger y que Jesús vendía en grandes montones sobre El Murillo. Ropa extravagante, de colores, calcetines con lunares.

Antoñito seguía creciendo. En el bautizo de mi hermano Carlos hubo de todo, hasta chorizo. Mi abuelo fue el padrino y recuerdo como subía a Carlitos por las escaleras para llegar a mi casa. En sus brazos, envuelto en una toca propia del acontecimiento. Me quedó para siempre la sonrisa de mi abuelo aquel día. Detrás, en larga caravana, Santi, Faito, Manuel, Rafaelito y unos cuantos más aparte de mí. Fue una gran merienda. Ya sonaba alguna radio en El Barrio. Algo estaba cambiando. Los discos dedicados: -“Dedicado a Pepita, para que cuando me vea por el paseo no se ponga tan roja”- o Radio España Independiente, (¡eso sí, muy bajito!) que informaba de lo que pasaba en Europa y daba unas ilusiones que nunca se cumplían sobre el futuro del «bajito»… Y canciones de José Luis y su guitarra: –“Mariquilla, bonita y chiquita te doy mi querer”-, o –“El cordón de mi corpiño mi niño que no te lo puedo dar/ Hay Sol y Luna, Hay Luna y Cielo / Dónde estuviste anoche que mis ojos no te vieron”.

Empezaban las preguntas indiscretas:

– Papá, ¿qué es un corpiño?

– Un gorro, niño y no preguntes tanto.

Carlitos, el niño de abajo, por el que mi hermano llevaba el mismo nombre, me aclaró un día:

– Es como una camiseta «mu pegá» con cuerdas que las mujeres llevan debajo del «vestío».

Jose Antonio.

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Respuestas

  1. Veo, Jose Antonio, qué pronto empezaron a llamar tu atención los «corpiños»… Y eso que tu padre te aclaró que se trataba de un gorro.

    ¡¡Bonita historia!!
    Un abrazo.

  2. Esta me ha encantado.

    Enhorabuena y gracias al escritor.

  3. Gracias a los dos.Se nota que soís de la
    familia.Quizás no me acuerde de lo que
    comí ayer pero de «chiquetito» me lo
    ricordo to.
    Un saludo desde Melilla-la ciudad de la luz
    y las chiquillas-


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