Luis López Anglada, poeta, nació en Ceuta el 13 de septiembre de 1919 y falleció el 3 de enero de 2007 en Madrid.
Hace ya muchos años, no quiero recordar cuántos, había en casa de mis padres un cenicero de cerámica blanco en el que había grabado un soneto. Mi padre, que por aquel entonces fumaba y mucho, usaba el cenicero… Muchas veces leí y releí aquel soneto escrito en el cenicero… Ahora, tantos años después, me trae muchos recuerdos… Me gusta … Pienso que a todos los que llevamos en los labios el sabor del salitre del mar de Ceuta y el viento de Levante zumbando en nuestros oídos para siempre, nos debe recordar muchas cosas la lectura de este soneto…
Ceuta Marinera
Ceuta es pequeña y dulce; está acostada
en los brazos del mar, como si fuera
una niña dormida que tuviera
la espuma de las olas por almohada.
Ceuta canta latines, cristianada
con la sal del estrecho marinera,
y empina su blancura campanera
al espejo del mar, acicalada.
Ceuta es una andaluza niñería
que, si saltar pudiera, saltaría
la comba de agua y sal del océano.
Y allí está, entre la arena y la muralla
como una niña que bajó a la playa
y se le fue a la madre de la mano.
Luis López Anglada
¿Un cenicero como este?
By: Milano on 13 enero 2008
at 12:24
Sí.
By: caberna on 13 enero 2008
at 19:16
Es curioso. A mí, un tío de la siguiente generación, ese mismo cenicero me trae recuerdos de cola-cao, de galletas y de tardes-noches llenas de cariño en Ceuta.
Me recuerdo leyendo lo que ponía en aquel curioso cenicero. Y eso que por aquel entonces no fumaba. Debería volver a tomar cola-cao.
By: uno que recuerda on 13 enero 2008
at 19:39
Todavía recuerdo el tacto del cenicero,las dulces palabras de estos versos consolaban la falta de otras cosas.El olor del tabaco «picadura»de papá con aquella petaca de piel que encajaba sobre la tapa y de fondo la música de «Agua azucarillos y Aguardiente» en el primer tocadiscos Philips que llegó a Ceuta.Epocas vividas donde el tiempo transcurría lentamente…
By: José Antonio on 16 enero 2008
at 17:15
Tres generaciones distintas, la mia, la tuya, Jose Antonio, y la tuya, «uno que recuerda». Tres percepciones distintas. ¡Cuántas cosas caben en un cenicero…!
By: caberna on 16 enero 2008
at 19:29
En casa de mis abuelos también estaba ese famoso cenicero. Leí muchas veces ese poema de niña. Me ha llamado mucho la atención ver que en internet había cosas sobre él (no sobre el poema, que es relativamente conocido, sino sobre el cenicero, se entiende).
By: niña1981 on 11 marzo 2009
at 17:01